Hoy en día, el gas natural es una de las fuentes de energía más utilizadas en nuestro país. Tanto el gas natural, el gas licuado o incluso el biogás son alternativas energéticas para las necesidades de calefacción, agua caliente sanitaria y cocina. Es por su versatilidad y alto poder calorífico que muchas personas lo eligen como su principal fuente de suministro de energía.
Por ello, durante los meses más fríos del año, el gas natural se convierte en uno de los aliados importantes para conseguir temperaturas agradables en el hogar. Aunque el consumo de calefacción aumenta durante estos días, lo cierto es que con una gestión adecuada y un consumo responsable, además de ahorrar agua, se puede evitar un aumento importante de la factura del gas.
Trucos para ahorrar en calefacción
Extrae el aire de los radiadores
Una de las medidas básicas para obtener el máximo rendimiento y ahorro con la calefacción de gas es extraer periódicamente el aire acumulado en el radiador. El radiador debe limpiarse al menos una vez al año para evitar la acumulación de pequeñas burbujas de aire que pueden dificultar la circulación del calor. La formación de estas burbujas dificulta el proceso, por lo que se tarda más en alcanzar la temperatura deseada. También es importante una buena limpieza del equipo, ya que la suciedad también puede crear barreras térmicas.
Cambia tu caldera por una de bajo consumo
Instalar la caldera adecuada también es fundamental para el ahorro. Aunque una caldera de bajo consumo representa una mayor inversión inicial, al consumir menos se convierten en una gran inversión por el ahorro que conllevan en el consumo de gas natural.
Son dispositivos más eficientes y por lo tanto producen la misma cantidad de energía consumiendo menos gas. Por otro lado, es importante prestar atención a las revisiones periódicas de la caldera para conocer su estado y comprobar que funciona correctamente.
No cubras los radiadores
Si bien esto es a veces una práctica bastante común en la vida cotidiana, cubrir un radiador con ropa mojada para secar o calentar la ropa es un error que puede aumentar significativamente su factura de gas.
Al cubrirlos con ropa u otros elementos (muebles, decoración…) crearás una barrera térmica y el radiador tendrá que trabajar más para calentar tu casa a la temperatura deseada. Evita estas prácticas si quieres ahorrar en las facturas de calefacción.
Controla la temperatura del hogar
Si bien algunas personas tienen más frío que otras, lo cierto es que mantener tu hogar entre 19 y 21 grados es la mejor manera de ahorrar energía. La temperatura ideal por la noche es de 16º, lo que supone también un ahorro del 13%. Lo mejor es mantener una temperatura constante en casa para ahorrar aún más.
Apaga los radiadores en las habitaciones vacías
Lo más habitual es tener al menos un radiador en cada estancia de la casa, pero muchas veces hay estancias que apenas se utilizan. Para evitar un mayor consumo y derroche de energía, se recomienda apagar los radiadores de las habitaciones que no utilizamos.
Aislar puertas y ventanas
La diferencia entre la temperatura exterior y la temperatura interior de una casa con calefacción es muy grande. En este caso, debes saber que el calor tiende a expandirse hacia espacios más fríos. Un buen consejo para evitar que el calor se escape por puertas y ventanas es apostar por un buen aislamiento. Recomendamos colocar burletes, alfombras o tapetes en el espacio entre la puerta y el piso. En el caso de las ventanas, si son de doble cristal, se puede reducir la pérdida de energía hasta en un 50%.
Ventila la casa temprano
Aunque cuesta más abrir las ventanas para ventilar en invierno, sigue siendo algo necesario. Lo mejor es subir las persianas y abrir las ventanas durante unos 10 minutos por la mañana.
Esto evitará la ventilación a mediodía o por la tarde, cuando la casa ya ha acumulado calor. Si entra frío cuando la casa ya está caliente, se requiere un gasto energético adicional para restablecer una temperatura confortable.
Pon paneles reflectantes detrás de los radiadores
No es una de las soluciones estéticamente más agradables, pero es un remedio muy adecuado que puede ahorrar entre un 10 y un 20 por ciento del consumo en calefacción.
Colocar un reflector detrás del radiador es un gran truco para que el calor no se acumule en las paredes, lo que facilita que se extienda por la habitación y permita que el espacio se caliente más rápido.